domingo, 14 de febrero de 2010

LAS III JORNADAS DE MEMORIA HISTÓRICA DE LA CIUDAD DE JEREZ FUERON CELEBRADAS CON UN RESULTADO ALTAMENTE POSITIVO


Tuvieron una gran aceptación por parte del público y se destacaron por la implicación en ellas de diferentes personalidades procedentes de ámbitos de tipo científico, artístico, cultural y político que las enriquecieron con su participación activa.

La Delegada de Cultura y Fiestas anunció públicamente su compromiso en la edición de las actas de las Jornadas para que éstas “sean fructíferas y sirvan para construir las bases que sirvan para recuperar definitivamente la memoria histórica”.

Fernando Romero probó el papel relevante de la represión que tuvo la ciudad de Jerez contra la población serrana cuando explicó que esta ciudad llegó a convertirse en un centro importante donde fueron traídos a la cárcel de la Plaza Belén presos de la Sierra.

Paracuellos del Jarama: Fernando Sígler expuso la imposibilidad de la responsabilidad de Muñoz Martínez en dichos acontecimientos y recordó la coincidencia de la Historiografía en definir como ambiguas las explicaciones dadas por Santiago Carrillo.

Según Juan Carlos Perales Pizarro, Director de la Delegación de Ciudadanía de la Diputación Provincial de Cádiz, la Fosa de “El Marrufo” está perfectamente localizada e identificada, y se procederá a la ejecución de la exhumación con los avales pertinentes de la Junta de Andalucía, en cuanto materialmente sea posible. Recalcó que este proyecto se completaría con la exhumación de todos los cadáveres que, según los cálculos estimados, suman aproximadamente el número de 300.

Juan José Téllez: “la dictadura franquista no sólo mató, encarceló y exilió; la dictadura franquista acuñó un imaginario absolutamente rancio, beatón, absolutamente triste, gris, aburrido, cuyos ramalazos lamentablemente todavía vivimos a diario, cuando asistimos a una especie de retrofranquismo, no sólo en las declaraciones de los líderes políticos que podrían estar más o menos próximos a ese imaginario, sino de la gente normal y corriente que no sabe hasta qué punto el fascismo español sigue calando en su alma y, sobre todo, en su cerebro”.

Recital poético-musical: El público quedó absolutamente en silencio desde el primer momento, cuando se empezaron a oír las primeras notas de la pieza musical, compuesta por el músico iraní en el barrio granadino del Sacromonte que hacía de la música un viaje constante entre dos mundos que se hermanaban en aquel rincón de Jerez. Un lugar de Jerez que acogió a un público enmudecido también por los versos estremecedores de los poetas Domingo F. Faílde y Dolors Alberola.

A pesar de nuestra crítica objetiva hacia el Ayuntamiento de Jerez por incumplimiento de éste en la aplicación de la Ley 52/2007 en la ciudad de Jerez durante los años 2008 y 2009, la Asociación para la Recuperación de la Justicia y la Memoria Histórica “Jerez Recuerda” ha reconocido, en cambio, que este año se ha iniciado con una predisposición especial para colaborar con esta Asociación en la difusión de nuestras Jornadas que, aunque ya se vislumbró superficialmente en la edición anterior de abril de 2008, ha quedado patente esta vez con el despliegue informativo realizado desde la Delegación de Comunicación y el compromiso realizado por la Delegación de Cultura y Fiestas, a través de su delegada, Dolores Barroso Vázquez, de editar esta vez las actas de las III Jornadas de Memoria Histórica de la Ciudad de Jerez.
Y se recalca las palabras “esta vez”, porque las actas de las I y las II Jornadas quedaron sólo en un intento por parte de esta Asociación, viéndose obligada a dejar colgados a sus colaboradores por falta de subvenciones que las administraciones andaluzas, gaditanas y jerezanas de entonces denegaron a “Jerez Recuerda” por razones que todavía no entendemos y que sirvieron como estímulo a los integrantes de nuestra Asociación para seguir trabajando contra corriente y supeditando todo nuestro trabajo sólo con la fuerza de nuestras respectivas voluntades.
De este modo, y retomando el capítulo de la colaboración municipal, esta Asociación ha acogido positivamente esta predisposición del Ayuntamiento jerezano que ha hecho, en parte, que nuestras III Jornadas hayan sido difundidas por unos medios inalcanzables hasta el momento por los miembros de Jerez Recuerda, aunque se echó de menos unos dípticos que se habían diseñado para la ocasión, y que hubieran completado la divulgación mediática que se pretendía si se hubiese dispuesto de un mayor presupuesto. No obstante, esta Asociación ha sido consciente de ese despliegue humano y técnico que ha favorecido positivamente la colaboración mencionada, y que ha hecho, que estas Jornadas se hayan celebrado con el éxito que le ha caracterizado.
Un éxito que le debemos, como decimos, en parte, no sólo a la cooperación del Ayuntamiento de Jerez, sino a todo el personal profesional que éste ha facilitado y, muy especialmente, a todos los numerosos colaboradores –anónimos o no- y ponentes que han participado directamente en la organización de estas actividades, quienes sin su involucración directa no hubiera sido posible la plasmación de este proyecto.
Fue, por tanto, el pasado día 13 de enero la fecha escogida para la inauguración de este evento que fue presentado por la Presidenta de la Asociación para la Recuperación de la Justicia y Memoria Histórica “Jerez Recuerda” dando lectura al siguiente escrito:
“En nombre de la Asociación para la Recuperación de la Justicia y la Memoria Histórica ‘Jerez Recuerda’, quiero agradecer la asistencia de todos los presentes, y también quiero expresar nuestra gratitud a todas las personas (entre socios, colaboradores directos, amigos y familiares de las víctimas y represaliados por el golpismo de 1936), así como a la Delegación de Cultura y Fiestas del Ayuntamiento de Jerez, su apoyo para que estas III Jornadas de Memoria Histórica de la Ciudad de Jerez sean una realidad, además de un encuentro con ciudadanos y ciudadanas procedentes de diferentes lugares y de distintos sectores de la sociedad.
Estas
III Jornadas de Memoria Histórica de la Ciudad de Jerez son la continuación de un trabajo ininterrumpido que los miembros de nuestra Asociación nos propusimos realizar con el fin de dar a conocer, no sólo los diferentes trabajos de investigación que se han ido desarrollando en torno a la cuestión del golpe de estado de julio de 1936 y de la posterior dictadura franquista en parte de Andalucía, sino también la necesidad de advertir sobre el peligro latente que existe en nuestra sociedad cuando se desconocen los orígenes de la intolerancia y la violencia que los grupos humanos con ideologías intransigentes abanderan, ya sea en ciertas formaciones políticas que, escondidas o no, se han encargado de mantenerlas y fomentarlas por intereses diversos; o bien, a través de los recursos mediáticos que el actual sistema fomenta para extender la ignorancia entre una parte importante de la población, y especialmente entre los sectores más jóvenes de la misma.
No concebimos, por tanto, estas
Jornadas como un mero ejercicio exclusivo del recuerdo de unos hechos pasados y rescatados mediante la rigurosa investigación histórica. Tampoco lo concebimos como un acto revanchista, ni de venganza, como han querido insistir los detractores de la recuperación de la memoria histórica, demostrando de esta manera que también son detractores de la libertad, de la justicia y de la democracia en todas sus facetas.
Por esta razón, estamos convencidos de que estas
Jornadas que hoy inauguramos han de ser un instrumento válido de difusión y de sensibilización de unos principios fundamentales que todos los seres humanos deberíamos de poseer nada más nacer.
El programa que hemos diseñado en esta ocasión muestra nuestro interés por conciliar dos mundos diferentes que se complementan perfectamente para un mismo fin. Por un lado, el ámbito de la ciencia y la investigación histórica; de otro lado, el mundo del arte y la literatura. Ambos, en consonancia, se han encontrado en estas
Jornadas en el camino de la búsqueda de la Justicia”.

Tras la lectura de este comunicado, fue la Delegada de Cultura y Fiestas del Ayuntamiento de Jerez de la Frontera, Dolores Barroso Vázquez quien tomó la palabra y pronunció el siguiente discurso:
“En primer lugar, quiero darles la bienvenida a todos los señores y las señoras presentes en la Sala de una manera muy especial, no sólo a Mª José Ruiz –Presidenta de la Asociación cultural para la Recuperación de la Justicia y la Memoria Histórica ‘Jerez Recuerda’-, sino a todos y a cada uno de ustedes. Quiero dar también las gracias a mi compañero de gobierno, Paco Benavent, que preside la comisión de trabajo en el seno del Gobierno municipal para la Memoria Histórica, porque creo que es importante que hoy se visualicen varias cosas.
En primer lugar, el compromiso del Gobierno Municipal, no sólo con el cumplimiento de una ley, sino también con una manifestación palpable de un compromiso que es de justicia que no quede en el olvido nuestra historia y hacerlo, como muy bien ha definido y ha enunciado la Presidenta de la asociación cultural '
Jerez Recuerda', sin revanchismo, desde el conocimiento; desde la luz del conocimiento. (...) no hablo en nombre de la Delegación -porque lógicamente es el área de trabajo al que le compete la organización, el darle amparo a cualquier asociación cultural que trabaja para el mejor conocimiento de nuestra sociedad, y para la difusión de ese conocimiento entre toda la ciudadanía-, hablo en representación, y en presencia de mi compañero Paco Benavent, del Gobierno Municipal. Y esto quiero que quede muy claro.
Quiero manifestar nuestro agradecimiento a esta
Asociación que durante muchísimos meses, de una manera absolutamente apasionada –no se puede trabajar para la recuperación de la memoria histórica sin la vehemencia que todas las asociaciones que están destinadas a este noble y justo fin lo hacen-, pero sobre todo con el apego a la investigación, y por lo tanto, quiero agradeceros vuestra dedicación, vuestro trabajo y vuestra constancia: ya son las terceras jornadas. Por lo tanto, la continuidad en el tiempo, y el compromiso renovado anualmente desde el Ayuntamiento con esta Asociación, y con todas las asociaciones que están dedicadas a la recuperación de la memoria histórica, creo que queda patente.
Quiero agradecer también la presencia de todos los ponentes e investigadores. Hoy tenemos aquí a Manolo Barea, el Jefe del Departamento del Archivo Histórico, que por supuesto va a participar de una manera... pues con mucha alegría por parte del Ayuntamiento, pero también a Fernando Romero, y felicitaros también porque no sólo váis a hacer una puesta en común del estado de la cuestión, sino que también presentáis una novedad bibliográfica, y eso lo que hace es redundar en el conocimiento de esta parcela de nuestra historia, necesaria, imprescindible y, sobre todo, justa.
Quiero también deciros que espero que estos tres días sean tres días fructíferos para el diálogo, para el conocimiento, para el intercambio de datos, pero sobre todo, también, para que reflexionemos acerca de cómo la sociedad se construye, avanza y progresa desde el conocimiento de su historia, sin apasionamiento, pero con la verdad y con la luz –vuelvo a insistir en este término-, la luz del conocimiento.
Deciros también que, por supuesto, todos los medios técnicos, materiales, personales, humanos, y también el compromiso con esta sociedad que podéis encontrar en el Ayuntamiento, están al servicio de todos vosotros: de la Asociación, del resto de las asociaciones dedicadas a la investigación de la memoria histórica, pero también de todos ustedes, señoras y señores, que están presentes en la Sala.
Animaros, en nombre del Gobierno Municipal, a que sigáis en el trabajo. También deseamos que disfrutéis, porque cuando se trabaja para la sociedad no hay que pasarlo mal, hay que disfrutar. Y el mejor disfrute es trabajar en equipo para conseguir un fin loable, y creo que estas
Jornadas encarnan eso también. Una esperanza que en la sala Compañía estén todos ustedes –esperemos que a lo largo de las horas que van a durar estas Jornadas acudan más ciudadanos y ciudadanas interesados por conocer esta parcela de nuestra historia, por recuperar este compromiso justo y necesario-, y sobre todo, decirles también que las actas de estas Jornadas, para que realmente sean fructíferas y sirvan para construir las bases que sirvan para recuperar definitivamente la memoria histórica, las vamos a editar desde el Ayuntamiento –lo sabe el Presidente-... Los instrumentos de investigación son necesarios que queden fijados por escrito para que otros investigadores los puedan utilizar y sirvan para construir la verdad de la historia...”

Continuó Dolores Barroso su discurso recitando un poema de Miguel Hernández titulado “Sigo en la sombra, lleno de luz”, inaugurando de esta manera las Jornadas:
“Sigo en la sombra, lleno de luz; ¿existe el día?
¿Esto es mi tumba o es mi bóveda materna?
Pasa el latido contra mi piel como una fría
losa que germinara caliente, roja, tierna.
Es posible que no haya nacido todavía,
o que haya muerto siempre. La sombra me gobierna.
Si esto es vivir, morir no sé yo qué sería,
ni sé lo que persigo con ansia tan eterna.
Encadenado a un traje, parece que persigo
desnudarme, librarme de aquello que no puede
ser yo y hace turbia y ausente la mirada.
Pero la tela negra, distante, va conmigo
sombra con sombra, contra la sombra hasta que ruede
a la desnuda vida creciente de la nada”.

Tras la lectura poética, finalizó Dolores Barroso con sus últimas palabras:
“Muchísimas gracias por vuestro trabajo, muchísimas gracias por su presencia, felices Jornadas... Continuemos así, es una buena manera de empezar el año, todos juntos, persiguiendo la verdad y la justicia desde el conocimiento y el diálogo y las ideas compartidas. Muchísimas gracias”.

Una vez realizada la inauguración oficial de las III Jornadas de Memoria Histórica de la Ciudad de Jerez, fue el Jefe del Departamento del Archivo Histórico Municipal quien se encargó de introducir al Historiador Fernando Romero Romero, presentando su libro “Alcalá del Valle. República, Guerra Civil y represión. 1931-1946”. Un libro que ya fue presentado el pasado 29 de julio de 2009 en la localidad serrana de Alcalá del Valle por el mismo autor y al que le dimos oportuno eco al cubrir la información desde este medio, pero dada su importancia y su interés historiográfico, así como su novedad en Jerez de la Frontera, se ha visto adecuado darle una mayor difusión utilizando estas Jornadas.
Recordamos que esta obra, fue editada por el Ayuntamiento de Alcalá del Valle, y ha tenido el patrocinio de la Consejería de Justicia y Administración Pública de la Junta de Andalucía, correspondiendo la producción editorial a Editorial Tréveris. Mediante la lectura de la misma, y citando nuestras propias palabras, el lector se adentra en parte de la historia de la localidad desde el período que comprende las elecciones municipales de 1931 y la constitución del primer Ayuntamiento republicano-socialista hasta el año 1946, en plena dictadura franquista, pudiendo observar que el mayor espacio que dedica el autor en su libro es el referente a la segunda parte del mismo titulado “Guerra Civil y Represión”, donde se documenta las vicisitudes del pueblo desde el momento del golpe de estado de julio de 1936 –con la resistencia popular por un lado, y la ocupación final de Alcalá del Valle por los golpistas por el otro- hasta su desenlace más dramático y terrible para una población que tuvo que soportar, igual que el resto de los pueblos del Estado español, la brutalidad del odio y la puesta en práctica del plan de exterminio que portaba el programa de los rebeldes.
Insistimos, pues, que éste es un libro muy recomendable si se quiere conocer más a fondo una etapa histórica en Alcalá del Valle que, hasta la fecha de su edición, se nos mostraba borrosa y llena de lagunas gracias a la propaganda y manipulación que las instituciones del régimen dictatorial franquista lograron introducir, tanto en sus libros de “historia” como en las mentes de millones de españoles que tuvieron que sufrir a lo largo de décadas un concienzudo lavado de cerebro que favoreció la amnesia colectiva. El propio autor, en la introducción a su obra, expone acertadamente esta idea de la manipulación histórica, del mismo modo que explica las razones que le han llevado a investigar la historia de la represión golpista en Alcalá del Valle.
Un libro que, además, nos sirvió de enlace para conectar con la conferencia que el propio autor expuso con título “Justicia Militar: el nudo represivo entre Jerez y la Sierra”. Según su exposición, la ligazón entre los pueblos del entorno de Jerez –entiéndase como los pueblos de la Sierra de Cádiz- y la represión golpista en la propia ciudad era muy fuerte y recordó que los falangistas de Mora Figueroa fueron los que empezaron la represión, por ejemplo, en el pueblo de Villamartín.
También el papel de la ciudad de Jerez en la represión contra la población serrana se probó cuando el historiador explicó que esta ciudad llegó a convertirse en un centro importante, donde fueron traídos a la cárcel de la Plaza Belén presos de la Sierra –algunos, juzgados ya en otras localidades sin ningunas garantías procesales; otros, pendientes de juicio, sin esperar tampoco ninguna garantía- y ejecutados por la “justicia militar” mediante un presupuesto denominado como la “justicia al revés”, porque es utilizado el delito de “rebelión militar” tipificado en el Código de Justicia Militar anterior al golpe de estado de 1936 por aquellos mismos que se habían rebelado contra el gobierno legítimo de la II República. Basándose en sus propias investigaciones, y apoyándose también en las de la Asociación “Jerez Recuerda”, este historiador recordó además que se da un número altísimo de casos registrados como ejecutados en Jerez que no son ni de esta ciudad, ni de su término municipal, y sí lo son, en cambio, de otras localidades como Setenil, Alcalá del Valle, Torre Alháquime, Sanlúcar..., llegando a alcanzar el número de treinta las personas que fueron ejecutadas en esta población, según datos extraídos de los resultados de las investigaciones publicadas y llevadas a cabo hasta el momento.
Por otro lado, y centrándose en un estudio parcial realizado por el propio Fernando Romero en las localidades serranas de Alcalá del Valle, El Gastor, Torre Alháquime y Villamartín, subrayó el autor que existe un número que sobrepasa la treintena de vecinos de estas poblaciones a los que se les sometió la vía de los Consejos de Guerra en la ciudad de Jerez de la Frontera desde 1939. No obstante, y aparte de los ejecutados en esta ciudad, también afirmó el historiador que existían otros tipos de muertes atribuibles a la represión, como los casos documentados relacionados con las enfermedades contraídas como consecuencia de la reclusión, u otros vinculados con el agravamiento de enfermedades adquiridas previamente al ingreso en la prisión de Jerez.
El día jueves, 14 de enero, continuaron las Jornadas con la presentación del libro “Su silencio es nuestra voz. De la esperanza republicana a la sublevación militar y la represión en Espera, el pueblo de la Reforma Agraria” , del historiador Fernando Sígler Silvera, quien fue presentado previamente por Manuel Antonio Barea Rodríguez, Jefe del Departamento del Archivo Histórico Municipal, como preámbulo a la conferencia que daría a continuación dicho autor.
Hemos de recordar que este libro fue ya presentado en la población de Espera el 11 de agosto de 2008, en el Salón de Usos Múltiples de dicho municipio gaditano con una gran acogida del público espereño y la noticia fue ampliamente difundida por este medio, igual que la presentación del libro de Fernando Romero. No obstante, hemos de recordar que el libro de Sígler es un libro que él mismo denominó como colectivo, basado en la recogida de testimonios documentales y orales, concluyendo con un álbum fotográfico de 50 páginas que resumen el sentido de la obra. Mediante el estudio de la estructura de su obra, el lector realiza un paseo por la historia de Espera que comienza con el período de gobierno del Frente Popular y continúa su recorrido ahondando en la gestación de la sublevación militar y en la estructura de poder que se estableció en el municipio tras el triunfo del golpe de estado de 1936 y, también, en cómo esta nueva situación repercutió en el proyecto de reforma agraria que se había ensayado en Espera y clasificado por el gobierno reformista del primer bienio republicano presidido por Azaña como “proyecto pionero a escala nacional”. De hecho, el propio autor del libro ya señaló en su momento que el municipio de Espera fue el primero de toda Andalucía, y el segundo del estado español, que aplicó este “proyecto emblemático” de la Reforma Agraria de la II República. En consecuencia, la travesía final de esta obra desemboca, inevitablemente, en unos capítulos sobrecogedores para la historia de Espera que profundizan en el carácter de la represión golpista del 36, de las instituciones represivas que se crearon, de la existencia paradójica de la “justicia al revés” y de los tipos de víctimas que los sediciosos causaron como resultado de su rebelión.
Durante la proyección que Fernando Sígler ofreció al público durante la presentación de su obra, destacó un par de imágenes relacionadas con una visita de los directivos del Instituto de Reforma Agraria (IRA), entre los que se encontraba el director general del IRA, Adolfo Vázquez Humasqué, dirigiéndose a los campesinos espereños el 9 de enero de 1933. El autor del libro insistió en mantener que la imagen que generalmente se ha transmitido hasta ahora del campesinado andaluz durante la etapa de la II República es fundamentalmente la que se difundió como consecuencia del crimen de estado cometido en la pedanía de Casas Viejas, y recordó que a muy pocos kilómetros de la tragedia, en Espera, se estaba produciendo el espaldarazo oficial a un proyecto empresarial promovido por los campesinos espereños donde se mantenía un diálogo entre la Administración y el pueblo de Espera, y donde existía un proyecto de viabilidad social cuya finalidad era absorber el paro forzoso.
Terminó Fernando Sígler la primera parte de su intervención realizando un repaso gráfico de las diferentes víctimas causadas por la represión golpista y de las personas perseguidas en aplicación de la Ley de Responsabilidades Políticas. Puntualizó también que la intención final de esta parte de su trabajo sobre Espera era que se recogiera el testimonio oral de los familiares y que el título de su libro significaba que el silencio de las víctimas había sido cubierto por las voces de quienes precisamente habían dado sus testimonios desde diferentes lugares diseminados por la geografía española -donde residen los descendientes de estas víctimas-, prestando esta colaboración para reconstruir la historia en los aspectos donde no existía documentación.
Todo ello sirvió de prólogo para enlazar con su conferencia “De las Cortes a la prisión de la Gestapo. La tragedia de Muñoz Martínez, el único gaditano de izquierdas de las tres legislatura republicanas”, en donde disertó sobre la figura del chiclanero Manuel Muñoz Martínez cuyo estudio, según explicó Sígler, tiene relación con un proyecto de investigación que se traducirá brevemente en la publicación de un libro que ha sido patrocinado por la Delegación de Ciudadanía de la Diputación de Cádiz, en el marco de los proyectos de recuperación de memoria histórica publicados a “Papeles de Historia”, asociación a la que pertenece este historiador.
Insistió el conferenciante que la idea de este proyecto no ha sido otra que la de reconstruir la historia de un personaje que “paradójicamente no ha sido valorado en la historia política de la Provincia de Cádiz, siendo una personalidad de primer orden, a escala nacional, incluso”. De este modo, el autor de esta interesante biografía resaltó que Muñoz Martínez “fue un profesional militar brillante; fue un destacado dirigente político, adscrito a la línea de Manuel Azaña...; tuvo cargos importantísimos durante el período republicano; fue brevemente Gobernador Civil de Cádiz, a partir del triunfo del Frente Popular; fue Director General de Seguridad en unos momentos muy delicados de la política republicana y, sobre todo, de la retaguardia republicana en Madrid... Por otra parte, fue un alto dirigente de la masonería española; llegó a tener el máximo grado de la orden masónica en España. Por lo tanto, es una personalidad que merece la pena ser conocida, y merece la pena ser difundida su tarea política, masónica y profesional...”
Durante el transcurso de su discurso, declaró el ponente que el intento de recuperar a Manuel Muñoz Martínez tenía relación con otros intentos de recuperación de personalidades no muy conocidas. En ese sentido, se refirió, como ejemplo, a la labor de su compañero Antonio Moral Benítez que realizó la tarea de reconstrucción de la figura política de Manuel Moreno Mendoza, primer alcalde republicano en Jerez.
Como militar, Fernando Sígler destacó de Muñoz Martínez su labor conspirativa contra la dictadura de Miguel Primo de Rivera, utilizando esta faceta militar para “retomar esa tradición de participación política del estamento militar, pero desde un punto de vista liberal... Fue un conspirador militar, pero procurando la llegada de la República”. También resaltó su importante implicación como alto rango de la masonería española y como alto dirigente radical-socialista y de Izquierda Republicana, llegando a afirmar que Muñoz Martínez fue “la representación viva de la ciudadanía gaditana en el Parlamento nacional durante todo el período republicano”.
Se detuvo algo más el historiador en profundizar en su papel como Director General de Seguridad y aseguró que “tuvo la responsabilidad de estar al frente del encargo más delicado del gobierno republicano una vez comenzada la guerra civil”. Según Sígler, el desempeño de este cargo ha dado pie a una amplia literatura centrada en atribuirle la responsabilidad de dos hechos controvertidos ocurridos en la retaguardia republicana en Madrid. Por una parte, se refería al asalto a la Cárcel Modelo en agosto de 1936 y, por otra, a las sacas de presos de noviembre del mismo año, que tuvieron un trágico destino en Paracuellos del Jarama, donde hubo más de mil fusilamientos sin causa previa..
Sobre el primer hecho mencionado, el asalto a la cárcel, Sígler recordó que Muñoz Martínez, por tener una salud muy precaria, estuvo el mismo día de los hechos hospitalizado, y atribuyó la responsabilidad de los acontecimientos a la situación de tumulto y al desbordamiento de la legalidad institucional en unos momentos “en que el golpe no había triunfado en Madrid y la población estaba muy susceptible ante la posibilidad de un avance rebelde sobre la ciudad”. Por otro lado, sobre el segundo episodio -el referente a las sacas de presos que terminarían en Paracuellos- el ponente expuso la imposibilidad de la responsabilidad de Muñoz Martínez en el mismo, debido a que el día anterior –06 de noviembre de 1936- ya se había desplazado todo el gobierno republicano a Valencia y fue Santiago Carrillo quien sustituyó a Muñoz Martínez como encargado del orden público. A pesar de recordar el conferenciante la coincidencia de la historiografía en definir como ambiguas las explicaciones dadas por Carrillo, también subrayó que, según unas investigaciones realizadas en el Archivo Histórico Nacional por Javier Cervera, éste está de acuerdo en afirmar que fueron asesores soviéticos quienes propusieron la decisión final.
También explicó Sígler, que la única firma hallada de Muñoz Martínez en una orden de saca de presos, es una fechada el día 07 de noviembre -cuando se suponía que el Director General de Seguridad estaba en Valencia-, un dato que hace que el historiador afirmara sobre la existencia de una falsificación de la época para propiciar esa saca de presos.
Terminó la intervención de Sígler explicando cómo fue el exilio francés de Muñoz Martínez; cómo fue localizado por la GESTAPO y posteriormente apresado por la policía militar alemana en el Castillo de Treougry, en el pueblo de Pont-l’Abbé (en el finisterre francés) el 14 de octubre de 1940; cómo fue conducido a la “terrorífica” Prisión de La Santé, en París -donde estuvo año y medio recluido- y cómo fue finalmente entregado por la policía alemana -previa autorización del gobierno colaboracionista francés de Vichy que sabía que iba a ser ejecutado- a la policía franquista, en la frontera de Irún, el 26 de agosto de 1942.
Tras un receso de varios minutos, comenzaría la segunda conferencia del día titulada “El papel de la Diputación de Cádiz en la exhumación de fosas comunes de la Guerra Civil: El Bosque, Grazalema, Torre Alháquime y Puerto Galis-La Sauceda”, que impartió Juan Carlos Perales Pizarro, Historiador y Director de la Delegación de Ciudadanía de la Diputación Provincial de Cádiz. Esta conferencia fue presentada por la Presidenta de la Asociación para la Recuperación de la Justicia y la Memoria Histórica “Jerez Recuerda” con las siguientes palabras:
“Cuando hicimos público nuestro trabajo de investigación ‘Las Cifras de la represión en Jerez de la Frontera tras el Golpe de Estado Militar de 1936: una aproximación’, que se ha dado a conocer mediante tres vías diferentes (en noviembre de 2004, mediante nuestra intervención en las XI Jornadas de Historia de Jerez en esta misma Sala; en mayo de 2007, a través de la presentación del nº 13 de la Revista de Historia de Jerez, y recientemente, con la reedición del mismo trabajo como una publicación independiente realizada por la Delegación de Cultura y Fiestas del Ayuntamiento de Jerez), ya incluíamos un apartado que con título ‘Fosas Comunes’, hacíamos una referencia al caso del cortijo ‘El Marrufo’ y a una de las fuentes que nos facilitaba información concreta sobre la existencia de fosas en dicha zona perteneciente al término municipal de Jerez de la Frontera, cercana a la Aldea de la Sauceda.
Dicha fuente no era otra que un artículo publicado en el Diario de Jerez, el 17 de mayo de 2004, firmado precisamente por J. Carlos Perales Pizarro, que entonces investigaba la represión golpista que se dio en Alcalá de los Gazules, población cercana a la de Cortes de la Frontera y, por tanto, a la Sauceda. Dicha referencia, junto a otras ya escritas en documentos y textos históricos, sumadas a ciertos testimonios orales, nos hacían pensar que el caso de la finca
‘El Marrufo’ podría ser el más importantes de la provincia de Cádiz, en cuanto al número de víctimas del golpismo inhumadas en un punto determinado.
Sólo la exhumación de la fosa, o fosas, de ‘
El Marrufo’, podría ratificar lo que son hoy día hipótesis, teorías, cábalas..., que se han realizado a través de las diferentes fuentes y testimonios que, hasta el momento, sólo nos han servido para especular matemáticamente con las cifras. Unos testimonios y unas fuentes que nos sirven en bandeja la posibilidad de apertura de fosas comunes reales, repletas de una triste realidad que, por ahora, se resiste a descubrirse debido a trabas burocráticas y económicas, y a una falta de contundencia para hacer cumplir, no sólo la Ley, ni los deseos de investigadores y asociaciones de memoria histórica y de derechos humanos, sino los sueños de los familiares de unas víctimas que caprichosamente fueron asesinadas en pro de la causa golpista.
Con la presentación de la conferencia ‘El papel de la Diputación de Cádiz en la exhumación de fosas comunes de la Guerra Civil: El Bosque, Grazalema, Torre Alháquime y Puerto Galis-La Sauceda’, hemos querido dar la importancia que debe merecer el diseño del ‘Mapa de Fosas’ de Cádiz, de la misma forma que lo hacemos con el de Andalucía, pero con el propósito de que ello pase lo antes posible del papel a la tierra: del campo teórico al terreno de la prática, como ya ha ocurrido en otras ocasiones”.

El conferenciante, que continuó después de la introducción oportuna que hizo la Presidenta de la Asociación, realizó una presentación de todas las cuestiones que actualmente lleva la Diputación Provincial sobre la Memoria Histórica, centrándose fundamentalmente en el tema específico de las exhumaciones.
De este modo, comenzó explicando que el Servicio de Recuperación de la Memoria Histórica pertenece, igual que otros servicios existentes, a la Delegación de Ciudadanía, vinculada al Área de Presidencia de la Diputación Provincial de Cádiz, y empezó a funcionar en el año 2008 para dar cumplimiento a la Ley de Memoria Histórica y proceder a exhumaciones. Además -siguió explicando Perales- que se ha realizado un trabajo pionero en cuanto a la creación de un servicio específico de Atención a las Víctimas, poniendo de relieve que era la primera vez que una Administración prestaba su infraestructura y medios para atender a las víctimas de la dictadura o, por lo menos, para escuchar sus inquietudes.
Citó también la creación de un Área de Formación y Sensibilización y la edición de una agenda en conmemoración de las mujeres gaditanas represaliadas por el golpismo y la dictadura; también explicó la grabación de un CD titulado “Carnaval de la Memoria”, ya agotado, donde se ponía de relieve el interés que suscitó este tema entre las agrupaciones del Carnaval de 2008 con una recopilación de las actuaciones con letras relacionadas con la Memoria Histórica.
Por otro lado, enfatizó la importancia que tiene la creación del Aula para la Recuperación de la Memoria Histórica, celebrando jornadas en una primera fase que sirva, al mismo tiempo, para complementar una futura segunda fase de creación de una Guía Didáctica para ser repartida entre los institutos de la provincia y formar parte del programa de la asignatura de Historia para los alumnos de Enseñanza Secundaria y Bachillerato. Esto último lo enlazó con un último apartado relacionado con las convocatorias de subvenciones que se han realizado durante dos años, justificándolas con razonamientos vinculados a las exhumaciones de fosas, ediciones de libros, concesión de becas de investigación, organización de jornadas y a celebración de homenajes.
Centrándose en la cuestión de las fosas, admitió el Director de la Delegación de Ciudadanía de la Diputación Provincial de Cádiz que desde el año 2004 sólo se han efectuado dos exhumaciones, y reconoció que el “Mapa de Fosas” de la Provincia de Cádiz es un mapa incompleto y no recoge todas las fosas que posiblemente puedan existir. También quiso hacer un poco de historia y recordó algunos ejemplos concretos de exhumaciones parciales y voluntariosas, como la del caso de Juan Guerrero, o como la de los restos de Florentino; o como el de Jimena de la Frontera que se interrumpió debido al golpe de estado de 1981...
Continuó con el recorrido histórico de las exhumaciones gaditanas hasta llegar a la realizada en el cementerio de El Bosque, e informó que ésta fue la primera exhumación que se hizo tras la aprobación en 2003 del Decreto de la Junta de Andalucía, gracias a los testimonios de los familiares de las víctimas asesinadas y, especialmente, a las declaraciones realizadas por el nonagenario Juan Vázquez que, por primera vez en su vida, reconoció públicamente su participación en el enterramiento de dos grupos de víctimas (el grupo de Ubrique y el de Benamahoma-Grazalema) y confeccionó un croquis con la ubicación exacta de los restos mortales.
Tras contar algunos detalles pormenorizados del caso de El Bosque, explicó Perales que la segunda exhumación importante llegó en el año 2008, cuando se intervino en una de las fosas “más siniestras de la guerra civil en la provincia de Cádiz”. Se refería concretamente a la denominada “Fosa de las Mujeres”, en Grazalema, en donde yacía un grupo de mujeres que fueron asesinadas sin tener ninguna responsabilidad política alguna, además de un muchacho adolescente que, al parecer -y según las hipótesis barajadas, debido a la posición que ocupaba en la fosa- fue el que se encargó de abrir la fosa antes de ser asesinado.
En cuanto a intervenciones futuras, el Director de la Delegación de Ciudadanía de la Diputación Provincial de Cádiz señaló que existen dos exhumaciones que próximamente se efectuarán: la de Torre Alháquime y la de la fosa de la finca “El Marrufo”. Ambas se llevará a cabo a través de la Asociación “Papeles de Historia” a la que se le ha dotado de subvenciones específicas para la ejecución de los mencionados trabajos.
En el caso de la fosa de Torre Alháquime, comentó el dicente que no se ha producido todavía la exhumación correspondiente que había planificada para una ejecución inmediata debido a la cantidad de agua de lluvia que ha caído en este último mes de enero. En relación con la fosa del cortijo “El Marrufo”, situado en el término municipal de Jerez de la Frontera, anunció J. Carlos Perales que se realizará tan pronto que el proceso requerido avance.
Sobre la fosa de “El Marrufo”, matizó que se le ha dado también el nombre de “Fosa del Valle de La Sauceda”, porque es más aceptable hablar del Valle de La Sauceda, desde el punto de vista geográfico, que de "El Marrufo", ya que –aun existiendo la "Fosa de El Marrufo", en el sitio geográfico conocido como “El Marrufo”- también en el Valle de La Sauceda se dan otras fosas comunes, tanto en el propio poblado de La Sauceda como en otras zonas del valle que lleva este nombre.
Según Perales, el procedimiento que se seguirá para la consecución de este objetivo va a ser el que sigue. En primer lugar, Diputación Provincial firmará un convenio con la Junta de Andalucía, a través de su Comisario de la Memoria Histórica, Juan Gallo González, por el que se aprobará oficialmente una subvención económica a “Papeles de Historia”; una vez firmado este convenio, se convocarán a los Ayuntamientos de los municipios que tienen implicación en dicha zona, es decir, a Jimena de la Frontera, Alcalá de los Gazules, Ubrique, Algar, San José del Valle y Jerez de la Frontera; por último, se convocarán a los colectivos de Memoria Histórica que “también se quieren personar en el tema de la exhumación”.
Insistió Perales en decir que la "Fosa de El Marrufo" está perfectamente localizada e identificada, y se procederá a la ejecución de la exhumación con los avales pertinentes de la Junta de Andalucía, del seguimiento del Protocolo de Exhumaciones, en cuanto materialmente sea posible. Recalcó el mencionado conferenciante que este proyecto de exhumación de "El Marrufo" se completaría con la exhumación de todos los cadáveres que, según los cálculos estimados, suman aproximadamente el número de 300. Posteriormente, una vez exhumados la totalidad de los restos, se trasladarían al cementerio abandonado de La Sauceda, el cual sería adecentado previamente para la ocasión -y con la colaboración de la Diputación Provincial de Málaga- para permitir de este modo la oportuna inhumación y la instalación de un monolito en recuerdo de las víctimas.
En este sentido, la inhumación prevista se hará teniendo en cuenta el trabajo realizado anteriormente en otras zonas como Grazalema o El Bosque –o el que hay proyectado para Torre Alháquime-. Esto significa que ello se hará mediante la individualización de los casos y el empleo de cajas separadas que puedan en un futuro facilitar la identificación de los cadáveres si surgiera la posibilidad de proceder a las pruebas de ADN de una manera más rápida y menos costosa que las que existen en la actualidad. De este modo, puntualizó el Director de la Delegación de Ciudadanía, “permitiría cerrar esta herida abierta...”
Terminó su exposición con la proyección de un documental, realizado con la colaboración del Servicio de Prensa y Vídeo de Diputación Provincial, del que dijo al comienzo de su discurso que “de alguna manera resume –yo creo que de alguna manera muy emotiva y simbólica- lo que estamos haciendo, y lo que pretendemos seguir haciendo, desde la Diputación Provincial... Que de alguna manera contesta, o trata de equilibrar o rellenar, este vacío que con mucha razón se critica... que por parte de las Administraciones se hace poco o se hace insuficiente para recuperar la memoria histórica”
El tercer día, 15 de enero, comenzó con la participación, en primer lugar, del periodista, poeta y escritor Juan José Téllez Rubio quien trajo a la mesa su conferencia “Poesía y Memoria Histórica: la represión contra los intelectuales durante el golpe de estado de 1936 y la dictadura franquista”, siendo presentado en primera instancia por el escritor jerezano José Ruiz Mata quien haría un repaso minucioso a toda la trayectoria profesional, cultural, personal y solidaria del conferenciante que hizo que éste bromeara con la extensión de su currículo cuando inició su exposición. De esta manera fue cómo el escritor jerezano sintetizó finalmente su intervención:
“Como veis, (Juan José Téllez) es flamencólogo, periodista, escritor, poeta... Toca casi todos los palos que se pueda tocar dentro del mundo de la cultura, pero siempre ‘heterodoxum’; pero sobre todo –y creo que es su mayor virtud- con una palabra pausada, exenta de violencia, con el verbo preciso para decir lo que quiere decir. Yo creo que es una gran virtud que muchos quisiéramos para nosotros, que es la gran virtud de decir todo lo que se quiere decir sin tener que crispar a nadie –otra cosa es que se crispen-..., y diciéndolo de una forma que suena lógica –si no es lógica es porque el que escucha no lo quiere escuchar así-. A mí, particularmente, me agrada escuchar sus programas porque me dan una paz especial y, a la vez, está diciendo las cosas que uno quiere oír en contra de todo este sistema montado, de una cultura vendida, o de una sociedad demasiado egoísta...”

Previamente a la intervención de ambos, fue la Presidenta de la Asociación para la Recuperación de la Justicia y la Memoria Histórica “Jerez Recuerda”, María José Ruiz, quien hizo la presentación del acto con las siguientes palabras que sirvieron para expresar la idea que esta Asociación poseía acerca de las actividades que se desarrollarían más tarde en aquella inolvidable jornada:
“Durante la inauguración hace dos días de las III Jornadas de Memoria Histórica de la Ciudad de Jerez nos referimos al programa de las mismas como el resultado de un interés por parte de la Asociación para la Recuperación de la Justicia y la Memoria Histórica ‘Jerez Recuerda’ por conciliar dos mundos diferentes, pero complementarios, para un mismo fin. Si afirmábamos que el objetivo común era en definitiva la búsqueda de la Justicia, también es cierto que la forma de llegar a ella era muy diferente dependiendo del ámbito de procedencia de las personas o entidades pertenecientes a estos sectores sociales que habíamos dividido en aquellos dos mundos.
Durante los primeros días hemos tenido una buena muestra de lo que es la historiografía, la investigación y la ciencia aplicada en el campo de la recuperación de la memoria histórica. Todas estas herramientas han servido como un medio de expresión fundamental para llegar a entender parte de nuestras vidas y de nuestras muertes, contrarrestando en cierto modo el virus contagioso de la mentira y la manipulación que tantos años ha dominado el universo académico heredado de la dictadura. Un virus que renueva sus fuerzas cada vez que ciertos grupos de personas aparecen cabalgando sobre nuevas oleadas revisionistas de la historia, dedicándose a edulcorar lo que siempre ha sido evidente para combatir la búsqueda de justicia y verdad que otros grupos humanos han emprendido amparados por la razón y la experiencia.
En este tercer y último día hemos añadido un elemento enriquecedor que siempre echábamos de menos en las anteriores ediciones de memoria histórica de la ciudad de Jerez. De esta manera, la idea de inclusión de un apartado dedicado al mundo de la literatura, la poesía, la música y el arte no obedece más que a la necesidad de complementarlo con la vía de la ciencia como un método de expresión y de divulgación que no sólo sirva para implicar a más sectores de la sociedad en la recuperación de la memoria histórica, sino para que realmente sea un instrumento válido de difusión popular.
Creemos que el mensaje que la cultura debe transmitir por encima de todo es aquel que nos acerca a los grandes principios de la humanidad -que hace que ésta evolucione con el tiempo-, más que aquel otro que termina por embrutecerla trasladándola a los orígenes de las cavernas.
No asumimos por tanto la '
cultura' como un argumento exclusivo si ello va a servir para seguir manteniendo en nuestras calles, por ejemplo, a nombres como Tomás García Figueras, José María Pemán o José de Soto Molina -nombres muy conocidos por sus diferentes niveles de implicación en el apoyo al golpe de estado de 1936 y a la dictadura que le siguió-. Y no lo asumimos porque nunca ese argumento debería de estar por encima de los derechos humanos.
Es preciso recordar que entre la lista de víctimas publicada por nuestra
Asociación podemos hallar a personas relacionadas con el magisterio, como Teófilo Azábal Molina, Juan Antonio Marín o Carmen Hombre Ponzoa; también a escritores o articulistas, como son los casos de Francisco Guerra Tenorio, Juan Taboada Jiménez o Avelina Díaz Calvo; o personas como Sebastián Oliva Jiménez, director del semanario 'La Voz del Campesino', cuya importancia en la difusión de los problemas del campesinado andaluz fue enorme durante la II República. Y tampoco nos olvidamos de aquellos casos, como el del escritor jerezano Manuel Moreno Barranco, asesinado en la cárcel de Jerez en febrero del año 1963: una fecha que se aleja del inicio del golpe de estado, pero que pone de relieve el carácter represivo que tuvo la dictadura durante todo el tiempo que ésta duró.
Con el título ‘
Poesía y Memoria Histórica: la represión contra los intelectuales durante el golpe de estado de 1936 y la dictadura franquista’, hemos querido dar cabida a ese mundo que hacía tiempo queríamos implicar en la recuperación de la memoria histórica de nuestra ciudad”.

Para finalizar esta introducción, Mª José Ruiz añadió como homenaje personal las siguientes palabras:
“Además, a mí me gustaría personalmente recordar a todas las personas que formaron parte de lo que fue el Ateneo Cultural Obrero de Jerez durante el período de la II República. Me gusta recordarlo porque aquellos jóvenes -la mayoría de los integrantes de ese Ateneo eran personas jóvenes- eran hijos del proletariado jerezano. Eran jóvenes que pertenecían a las juventudes socialistas, a las juventudes anarquistas y comunistas; pues ellos eran la cultura alternativa de aquella época. Eran jóvenes que llevaban un mundo nuevo en sus corazones, y por llevar un mundo nuevo en sus corazones, fueron perseguidos, y fueron asesinados muchos de ellos.
Desgraciadamente no pudieron ver ese mundo, y los que quedaron vivos, tuvieron que someterse a la situación de la dictadura... Lo que es verdad es que aquel movimiento, aquella fuerza joven, desapareció totalmente.
De aquellos jóvenes, me gustaría recordar los nombres de María Luisa Cobo Peña y su hermano Antonio; de Julio Díaz Calvo y, también, de Antonio Narbona...”


Introdujo Juan José Téllez su disertación rememorando el título de una canción del cantautor portugués Luis Cilia, cuyo título “Contra la idea de la violencia, la violencia de la idea” le sirvió al escritor y periodista como un referente para defender la premisa consistente en que “las ideas deberían de ser felizmente violentas, lo suficientemente violentas como para transformar la realidad que las rodea”, e introducir de esta manera un discurso acerca de la represión de la creatividad y del pensamiento a partir del golpe de estado de 1936, guiando a la audiencia por un magistral recorrido histórico iniciado con unas palabras de José María Pemán, las cuales estuvieron presentes durante los tres días que duraron las III Jornadas de Memoria Histórica de la Ciudad de Jerez.
Fue Téllez quien acertó en decir que dichas palabras (“La idea de turno o juego político, ha sido sustituida para siempre, por la idea de exterminio y de expulsión, única válida frente a un enemigo que está haciendo en España un destrozo como jamás en la Historia nos lo causó ninguna nación invasora... Por eso es por lo que decía que esta guerra además de necesaria era conveniente...”) estaban muy bien traídas porque venía a reafirmar lo que otros intelectuales fascistas proponían en aquel momento, y era que “no era solamente necesaria una guerra, sino un exterminio”.
En contraste con lo que sobrevino tras el golpe de estado, afirmó Téllez que la Segunda República española sí provocó la consolidación de la heterodoxia y del pensamiento diverso como fórmula de convivencia en un país demasiado habituado a los sucesivos entierros de la democracia que siguieron a la abolición de la Constitución de 1812, por parte de Fernando VII, y que jalonaron buena parte del siglo XIX y en gran medida el siglo XX. De esta manera -siguió ilustrando Téllez-, la República española supuso una eclosión cultural insólita en libertad, en la España del siglo y medio anterior. Recordó que corrientes como el futurismo, el surrealismo, o ejercicios de pensamiento absolutamente nada convencionales, al pairo de la Institución Libre de Enseñanza -y, sobre todo, de la consolidación de los llamados “valores republicanos” que tienen mucho que ver con “la tradición laicista de la Revolución Francesa”-, cuajan en este período de la historia española con una inusitada fuerza.
También recordó el conferenciante el papel importante de la mujer en esta etapa histórica cuando ésta accedió por primera vez en España al sufragio universal y cuando logró ciertas conquistas ligadas a la creatividad literaria y artística y vinculadas, también, al pensamiento. Todo ello en un momento donde aparecen una serie de creadoras y pensadoras que definitivamente abandonan el gueto de las actividades domésticas a las que, hasta ese instante, estaba sometida la mujer.
En contraste, insistió Téllez, la emergencia de la mujer como actriz de la historia fue sustituida por la Sección Femenina, y aquella diversidad creativa que suponía la convivencia de ideas –aun estando enfrentadas en ocasiones, pero en un clima de plena legalidad- fue suplantada por la censura, el exilio, la cárcel o la muerte “como único destino de cualquiera que se moviera en aquel país tan parecido a un cementerio”.
Continuó con su exposición explicando que la represión, la ejecución y el exterminio del pensamiento se llevó a cabo en muy distintos frentes. Uno de ellos, fue el mundo de la Educación de donde surgieron muchos maestros que fueron ejecutados y exterminados en los primeros días del golpe de estado, los cuales tenían familiares que, a la vez, eran desahuciados de las casas que tenían cedidas por su magisterio. Pero, además, no sólo la represión fue ejercida contra el medio escolar convencional, o el marcado por la Institución Libre de Enseñanza, sino que golpea de plano en las actividades pedagógicas que se llevan a cabo “a través de las llamadas universidades populares, o a través de los ateneos libertarios”.
Aportó Téllez información sobre la extensión de la represión hacia otras facetas de la vida y de expresión artística. De esta manera, dio ejemplos de ello disertando sobre el mundo de la tauromaquia, del flamenco y la copla, así como de los casos concretos de persecución y represión contra los intelectuales y artistas que precedieron otros capítulos, como el caso de los “cientos de periodistas ejecutados en este país”.
Introduciéndose en el mundo del periodismo –y dejando de un lado la referencia realizada sobre las numerosas ejecuciones de locutores de radio y de periodistas- el ponente explicó que la mayoría de las cabeceras de periódicos y las emisoras de radio fueron absorbidas por el gobierno de Burgos, a raíz de un decreto creado para el mismo fin, además de haberse implantado la censura que, con matices, se prolongó durante todo el período de la dictadura.
De este modo, y sin ninguna otra alternativa, el grueso del “exilio republicano” se dirigió a lugares tan diversos como Marruecos, Argelia, Orán y, por supuesto, Francia. País este último que, para Juan José Téllez, “trató de una forma absolutamente deshonesta a la República española”. De hecho, siguió profundizando en el tema el periodista, y afirmó que si “Léon Blum hubiera tenido el valor de levantar el bloqueo para la importación de armas del Gobierno republicano, tras la Batalla del Ebro... es probable que la guerra hubiera dado un giro en aquel momento histórico, sobre todo teniendo en cuenta que ya se empezaba a ver los colmillos al nazismo y al fascismo italiano”. Desde luego, estas afirmaciones que hacía Téllez de Francia iban muy en consonancia con las que realizaba acerca de la actitud permisiva del Reino Unido con el nazismo y el fascismo italiano en la zona del Estrecho de Gibraltar.
Pero, volviendo al tema del exilio francés, siguió exponiendo la cuestión y acertó en recordar que Francia fue el punto de destino de “los republicanos que huyen tras la caída de Barcelona”, y que “Francia les hacina en campos de concentración, en unas condiciones absolutamente peregrinas y algunos, eso sí, logran llegar a algunas de las ciudades del Sur de Francia -Marsella, Toulouse...- y, sobre todo, a París”. Ya en Francia, nos recuerda Téllez Rubio, Pablo Neruda organizó a algunos exiliados para llegar a Chile, por medio de barcos; durante el viaje, algunos se quedaron en Argentina, que “se convierte en uno de los puntos cruciales del exilio español”, y en donde habían recalado algunos escritores y gentes del mundo artístico.
Téllez destacó la presencia en Argentina de Falla, exiliado desde los comienzos del golpe de estado, y los intentos de José María Pemán por atraérselo, sin éxito, a la España fascista. Eso sí, una vez producido el fallecimiento de Falla -“uno de los mascarones de proa del exilio español”, en en palabras de Téllez- el regreso de sus restos a España “fue una de las grandes traiciones a la propia personalidad de Manuel de Falla y una victoria pírrica del franquismo”.
No dejó tampoco de referirse al exilio cubano y al mexicano -donde los españoles influyeron de manera importante con sus aportaciones ideológicas, artísticas, culturales, intelectuales y profesionales-; ni a la segunda oleada del exilio en Francia, Reino Unido, Italia, Bélgica y Suiza, especialmente en los años 60 y 70; ni al fenómeno que él denomino “exilio interior” y del que fueron víctimas personajes como el jerezano Teodoro Miciano, el algecireño Ramón Puyol, así como José Luis Cano o Vicente Alexandre. Terminó Téllez Rubio sentenciando que “la dictadura franquista no sólo fue un crimen contra sus disidentes; la dictadura franquista no sólo mató, encarceló y exilió; la dictadura franquista acuñó un imaginario absolutamente rancio, beatón, absolutamente triste, gris, aburrido, cuyos ramalazos lamentablemente todavía vivimos a diario, cuando asistimos a una especie de retrofranquismo, no sólo en las declaraciones de los líderes políticos que podrían estar más o menos próximos a ese imaginario, sino de la gente normal y corriente que no sabe hasta qué punto el fascismo español sigue calando en su alma y, sobre todo, en su cerebro. Muchas gracias”.
Se dejó como clausura de las III Jornadas de Memoria Histórica de la Ciudad de Jerez un recital poético-musical en el que intervinieron los poetas Domingo F. Faílde y Dolors Alberola, además del guitarrista flamenco iraní Kambiz Pakandam que se encargó del apartado musical. Para esta ocasión se había escogido la idea de ambientar el escenario con un tipo de luz específica que se proyectaría sobre los protagonistas para crear una atmósfera adecuada, desarrollando una puesta en escena atractiva y sobria mediante la mezcla del color rojo de los focos y la oscuridad casi absoluta de la Sala. Admitimos que no fue el momento de las cámaras fotográficas no profesionales, ni de las videocámaras de aficionados, que se nos antojaron mediocres, puesto que el espectáculo ofrecido estaba diseñado exclusivamente para el recreo de la asistencia, y sólo los que estuvimos allí pudimos disfrutar con plena intensidad de toda la estructura artística construida, sin suprimir ni un ápice el mensaje dramático que subyacía en todo momento, y a la que le rodeaba la necesidad de potenciar los sentidos que suele caracterizar la fusión del ritmo poético con los acordes musicales de la guitarra flamenca tocada con maestría.
Abrió el guitarrista el recital con una zambra titulada “Ziryab” (زرياب) e interpretada de tal forma que hizo que el público quedara absolutamente en silencio desde el primer momento, cuando se empezaron a oír las primeras notas de la pieza musical, compuesta por el músico iraní en el barrio granadino del Sacromonte que hacía de la música un viaje constante entre dos mundos que se hermanaban en aquel rincón de Jerez.
Un lugar de Jerez que acogió a un público enmudecido también por los versos estremecedores de los poetas Domingo F. Faílde y Dolors Alberola, quienes dieron lectura a una serie de poemas cargados de una belleza descriptiva que adornaba las historias relacionadas con la memoria y con la época gris que vivieron millones de ciudadanos y ciudadanas. Si Faílde afirmaba como preámbulo que no tenía memoria de la guerra civil (pues nació en 1948), pero sí de sus secuelas –“secuelas que emanan de una educación en valores racistas, que uno rechaza por instinto..., de valores religiosos basados en el terror”-, Alberola dio un homenaje, a través de cinco poemas (cuatro de ellos inéditos), a Federico García Lorca, a Luis Cernuda y a Antonio Machado, no sin antes recordar al auditorio el carácter “profético” de algunos poemas de Lorca.
De los cuatro poemas recitados por Domingo F. Faílde hemos querido resaltar “La sombra del celindo” que es el que da título al libro del mismo nombre:

La sombra del celindo
(Lugares comunes)
DESPUÉS de muchos años y una vida
lo suficientemente larga como
para, por, según, so, sobre, tras,
la celinda del patio dejó de dar flores,
el pozo se secó, la madreselva
era un triste muñón amarillento
y la parra, sin uvas,
apenas recordaba las veladas de estío,
entre el ir venir a la cocina
y el rumor de las jarras de vino al escanciarse.
Qué fue, qué sucedió, qué detuvo el trajín de los relojes
en un momento: nadie sabe la hora, el día
ni la estación o el año del cataclismo aquel
que abrió la puerta y se marchó en silencio,
llevándose consigo las cosas del baúl,
los muñecos de trapo y los bastones,
náufragos de otros mares.
Se presiente la vida, sin embargo,
en las pardas baldosas que no limpió la lluvia
y unos papeles sin color, que fueron
alas de la noticia y ahora ruedan,
se resbalan, abúlicos e insomnes,
por el suelo sucísimo.
Recuerdo
aquellas tardes idas, tan cálidas y lentas,
la música envolviendo
el perfume a manzana de la siesta,
los versos clandestinos
o el contrapunto alegre de las conversaciones.
Recuerdo, porque acaso
la vida a cierta edad es la memoria,
el tedio sofocante de los largos veranos,
el silencio que hervía en los arpegios
cuyas notas tan sólo yo escuchaba
y las historias de mi madre: el cura
a quien los milicianos talaron, como a un árbol,
y, antes de hacerlo arder, le taparon la boca
con las ramas caídas, o el relato
de los moros tocando a degollina
cuando entraron las tropas de Franco y por las calles
bajaban arroyadas de sangre, en cuyas ondas
navegaban, dolientes, los navíos.
Yo, pecador, ya entonces, nueve años,
letra inglesa diaria, algunas cuentas
y esas lecturas lóbregas que se quedan grabadas,
sabía que la vida era una rampa oscura
y, al final, sin remedio,
me esperaban las mismas pesadillas:
tridentes, bayonetas, montañas de cadáveres
o el pequeño inconfeso que se perdió en la noche,
sí, reverenda madre, todavía la escucho
describiendo los gritos de aquel desventurado,
el escozor hiriente de sus lágrimas
o los clavos doliendo la carne divina,
sangre de Cristo, purifícame,
agua del costado de Cristo, lávame;
y así pasan los días –ya pasaron-
y así pasan los años –transcurrieron-
y yo, desesperado, quizás, quizás, quizás,
sin ninguna certeza sino esa culpa verde
que termina en las llamas.
Por fortuna,
uno se hace mayor y coge el tren
y se aleja en la noche del miedo y los pecados.
Descubre, mientras huye del temor y sus fábricas,
la santidad del cuerpo, la carne resurrecta,
los placeres del vino y los manjares,
de los libros prohibidos y el veneno
que llaman libertad.
Después de muchos años, uno vuelve
al exacto lugar del crimen. Y allí esperan
los fantasmas de entonces, más pálidos si cabe,
mientras el viento mueve la lámpara fundida
y el crepúsculo alumbra las descarnadas sombras.
Todo está igual: el patio, la celinda,
la enredadera, el pozo, los rumores, tú mismo,
y esa música extraña que te envuelve
con su melancolía.

El último poema de Dolors Alberola -“Oda posterior a la última oda”- se lo dedicó a Federico García Lorca y “a todos los asesinados de la guerra civil” y fue recitado con el acompañamiento de la guitarra del maestro iraní tocando una seguidilla que dio más fuerza a las desgarradoras palabras de la poetisa:
Oda posterior a la última oda
Ya tocan las campanas. Míralas como tocan.
Ya tocan las campanas. Óyelas como tocan.
Ya tocan las campanas.
Tócalas, como tocan los muertos las campanas.
Ya tocan las campanas goterones de sangre en el silencio.
Ya tocan torreones gavilanes de muerte en las esquinas.
Ya tocan en lo negro otras gotas de sangre más oscura.
Ya tocan las campanas. Llóralas como tocan.
Ya tocan las campanas. Bórralas como tocan.
Ya tocan las campanas. Huélelas como tocan.
Y si huelen a muerte. Mátalas cuando tocan.
Y si huelen a versos. Cántalas cuando tocan.
Ya tocan a la carne de Federico muerta.
Lagrimones de amor derraman las campanas, toque a toque.
Lagrimones de furia atraviesan los cielos inundados.
Estelas de dolor cruzan el cuerpo amargo de los barcos.
Delfines incendiados abren lucha en la tarde e izan lunas.
Toc. Toc. Gime el metal enloquecido.
Din dan don, la luna resquebraja.
Cling. Cling. Acompañan los vidrios de la pena.
Shi. Shi. Shiiiiii...
Ululando los cuervos de la muerte dibujan negras armas.
Se abren las ventanas,
casi se parten en dos los portalones de las casas.
La tierra se agrieta y en su vulva se levanta la flor de la discordia.
Ha muerto Federico. Va corriendo la voz, ciega cascada.
Ha muerto Federico. Federico García, el poeta.
Federico, el doncel,
el que tocaba alegre aquel piano,
el de la risa blanca, el de la voz de luna, el de los pobres.
Ha muerto Federico, Federico, sí, sí, el director de La Barraca.
¿Le mataron? ¿Por qué, por quéé, por quééé... ?
¿Por qué mataron vivamente a Federico?
Le atravesaron negras las almas del fusil.
Pam. Pam. Pampampampam, las almas hueras
dibujaron triángulos en el aire.
Ha muerto Federico. ¿Ha muerto el Señorito Don Federico García?
¿El de los versos tristes?
¿Y por qué han matado a Federico? ¿Y por qué se asesina a un poeta?
¿y por qué los romances deben oler a pólvora?
No, no, no, y secamente no. Federico está vivo
He oído su voz bajo la luna.
Esta mañana el río va cantando: Estáaa vivoooo el
poetaaaa.
Y repite, sus versoooos estáaaan vivooooos.
Y agrega, a remolinos: estáaaaa vivaaaaa suuuu manoooo
y haan creciiiiido jaramaaagos de mieeeeel entre sus deeeedos.
Ha muerto Federico (ha dejado la voz en una esquina)
y pasa el viento y, con la voz, duplica otra voz
y la deja caer por los balcones.
Está vivo el poeta
piiiiiiiiiiii, deslizan verdes
pájaros azules.
Está vivo el poeta,
grrrrr grrrr . smfffff va cantando el invierno,
y de sus hojas va enhebrando diciembre
y luego cose costurones de frío en sus espaldas.
Está vivo, don Federico García está más vivo que usted y la gallina,
agrega un granadino contra un granadino que desmiente.
No puede ser, no puede ser, no puede ser.
Dice Doña Asunción, mientras va santiguándose.
Federico, a la una. Federico, a las dos. Federico, a las tres,
responde si eres poeta:
¿Estás vivo o estás vivamente muerto?
¿O estás muerto o estás muertamente vivo?
Y Federico ríe,
ja, ja, ja, a través de las barbas de Don Perlimplín,
que se ha dejado barba para disimular los cuernos
.
Y Federico llora, bua, bua, bua, con lágrimas de Yerma
y maldice la vida, reseca en sus entrañas.
Y Federico ruge, tan fuerte que Bernarda se tapa los oídos.
Y Federico trota y es un caballo alegre Federico.
Y Federico,
pam, tac, plum, martillea los zapatos de la noche
con plata en las espuelas.
Doña Rosita llora. Mariana le busca a través de las nubes
y la luna se oculta y cambia así el futuro de los novios que huyeron.
Ha muerto Federico. No es verdad. Yo le he visto.
Ha muerto Federico. No es verdad. Son sus versos.
Ha muerto Federico. Ha muerto Federico. Ha muerto Federicooo.
Lárgate, láargate, laaaaaaaárgate con la pena a otra parte.
A las cinco de la tarde lo hemos visto pasar
con un doncel hermoso vestido de torero.
Iba clamando fuerte:
Si el aire sopla blandamente
mi corazón tiene la forma de una niña.
Si el aire se niega a salir de los cañaverales
mi corazón tiene la forma de una milenaria boñiga de toro.
A las ocho de la tarde,
mua, mua, mua, ha besado la luna a Federico.
No fueron las referidas las únicas interpretaciones de Kambiz Pakandam, pues entre la zambra y la seguidilla mencionadas, y tras la intervención poética de Faílde, también tocó una composición musical combinada de tres palos (minera, rondeña y taranta) para presentar a Alberola. Una vez recitada la “Oda posterior a la última oda”, finalizó el maestro iraní con una rumba titulada “Canción de primavera” ante la buena acogida y el entusiasmo del público y, también, ante la satisfacción de quienes hemos organizado estas III Jornadas de Memoria Histórica de la Ciudad de Jerez que, para muchos, serán recordadas en la ciudad como un evento que realmente era necesario.