viernes, 7 de abril de 2017

UNA EXPOSICIÓN EN EL ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE JAÉN RECUERDA A LAS VÍCTIMAS DEL BOMBARDEO QUE SUFRIÓ LA CIUDAD EL 01 DE ABRIL DE 1937


Foto de Jaén el 1 de abril de 1937 desde uno de los aviones que los nacionales utilizaron para bombardear la ciudad. Una sola pasada letal de seis bombarderos Junckers pilotados por españoles, y no alemanes, dejó más víctimas que el célebre ataque sobre la villa vasca.
 

UNA EXPOSICIÓN EN EL ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE JAÉN RECUERDA A LAS VÍCTIMAS DEL BOMBARDEO QUE SUFRIÓ LA CIUDAD EL 01 DE ABRIL DE 1937

UNA MATANZA DESCONOCIDA QUE CAUSÓ MÁS MUERTOS QUE EN GUERNICA UN MES ANTES.


El Archivo Histórico Provincial de Jaén acoge hasta el 4 de junio la exposición '1 de abril de 1937. Jaén bombardeada', una muestra que organiza la Consejería de Cultura y con la que se rinde homenaje a las víctimas del bombardeo ocurrido sobre la capital durante la Guerra Civil.

La muestra, además, ha contado con la colaboración de los investigadores Juan Cuevas, archivero municipal de Jaén; Luis Miguel Sánchez Tostado, criminólogo, y Santiago Jaén, profesor de la Universidad de Jaén, así como del director del Archivo Provincial, Juan del Arco.

En palabras de la delegada territorial de Cultura, Turismo y Deporte, Pilar Salazar, el primero de abril, a las 17:20 horas, se cumplían "80 años de aquel día en el que los vecinos de Jaén, una ciudad desarmada, sin instalaciones militares o acuartelamientos y sin fábricas de arma se vio sorprendida por seis aviones bombarderos de fabricación alemana procedentes de Sevilla, escoltados por nueve aviones de caza que se les unieron en Córdoba".

En el acto, al que también ha asistido el vicepresidente segundo de la Diputación, Manuel Fernández, ha señalado la falta de testimonios gráficos que den cuenta de este suceso -aunque recientemente han visto la luz algunos tras la investigación del historiador José Antonio Mesa-, y ha agradecido la colaboración de administraciones y entidades por permitir reconstruir un suceso que dejó gran parte de la ciudad reducida a escombros.



Casas destruidas por el bombardeo de Jaén de 1937
"Como muestran los historiadores, estos aviones, que conformaron un pasillo aéreo situado entre la Catedral de Jaén y la iglesia de San Ildefonso, y desde la calle Fuente de don Diego hasta el Paseo de la Estación, dejaron un reguero de bombas que, con una sola pasada, provocaron más muertes que en el bombardeo de Guernica, que ocurriría días después, el 26 de abril", ha comentado Salazar.

La muestra recuerda a estas víctimas con la obra ideada por la artista Carmen Montoro y la proyección de la grabación que en su día realizaron actores jiennenses en una 'performance' en el refugio de la Plaza de Santiago.

Igualmente, a lo largo de la exposición se constata mediante documentos históricos las nefastas consecuencias del bombardeo, que provocaron represalias los días sucesivos con sacas de prisioneros de derechas que posteriormente fueron fusilados. Unos episodios que volverían a provocar una brutal represión el 1 de abril de 1939, esta vez, por parte del bando ganador al finalizar la Guerra Civil.

La muestra cuenta con la colaboración de la Diputación Provincial, el Ayuntamiento de Jaén, el Archivo Histórico Provincial de Sevilla, el Archivo Municipal de Sevilla, el Archivo Histórico Provincial de Córdoba, el Museo del Aire, el Archivo Histórico de la Aviación, el Archivo Histórico Nacional y el Centro Documental de la Memoria Histórica, además de los investigadores ya citados. 


Sobre el bombardeo y el baile de cifras

El 1 de abril de 1937 la aviación republicana y la nacional se enzarzaron en dos de los peores bombardeos de toda la Guerra Civil. Fue un día después de otro duro ataque de la Legión Cóndor en Durango, Vizcaya, y apenas un mes antes del propagandístico y salvaje bombardeo de Guernica. Este sábado pasado (01 de abril) se cumplían 80 años de aquella matanza ocurrida en Andalucía y menos conocida. Un acontecimiento que quedó en el olvido en una secuencia de terror contra la población civil desde ambos bandos que se saldó con muchos más muertos que en la localidad vasca, objeto de debate aún en la historiografía, aunque el balance de las más recientes investigaciones sitúan los fallecidos en torno a 120. El baile de cifras de muertos y la polémica sobre el origen de la orden ha sido constante. 

Los bombarderos republicanos en cambio de Córdoba -ciudad controlada por el bando nacional  bajo el mando del general genocida Queipo de LLano, fueron más concisos, más silenciados y con una cifra de muertos que apenas ha variado a lo largo de los años y que contrasta con la guerra de números que protagonizó el símbolo de la barbarie de la Legión Cóndor. En Córdoba murieron alrededor de 40 personas y en Jáen, unas 157, a las que habría que añadir 128 más: siguiendo el inmediato fusilamiento de los presos “derechistas” en la ciudad: unas sacas que ayudaron a silenciar desde el bando republicano el macabro bombardeo, tal y como señala Luis Miguel Sánchez Tostado, experto en la Guerra Civil en Jaén y autor en 2006 de 'La Guerra Civil en Jaén (historia de un horror inolvidable)', referencia historiográfica sobre el conflicto en la provincia. 

Muchas obras citan además, errónemante, según el mismo autor, el bombardeo como una operación de la Legión Cóndor, cuando fue en cambio ejecutada por pilotos y personal del bando nacional, y no por parte de los pilotos alemanes, a pesar de que se emplearan seis bombardeos Junkers de fabricación germana. Tal y como señala otro de los expertos en la provincia de Jaén durante la Guerra Civil, Juan Cuevas, el bombardeo fatal sobre la ciudad andaluza se produjo a las 17:00 de la tarde. Una sola pasada letal por parte de seis bombarderos Junckers pilotados por españoles y no alemanes que dejó más muertos que el célebre ataque sobre Guernica acaecido un mes después y convertido en símbolo de la barbarie nazi y fascista por parte del bando republicano durante la guerra.

En el bombardeo de Jaén, a diferecia de Guernica, no existen dudas sobre la autoría de la orden, que fue firmada por Queipo de Llano el mismo día del ataque a Córdoba y registrada como la número 295, desde el aeródromo de Sevilla. El propio Queipo se encargaría de remarcar esta versión en una de sus radioemisiones un día después.


La secuencia de los hechos

Su cometido consistió en una operación de castigo y terror sobre la población civil, ya que no existía un frente en ese momento en Jaén, ni objetivos militares, tal y como escribe el historiador Juan Cuevas. La secuencia se produjo de la siguiente forma:

A las 12:30 de la mañana, los Tupolev y Katiuskas del ejército republicano rugieron en el cielo de Córdoba y soltaron varias bombas que impactaron en la ciudad causando daños especialmente en el Hospital General Militar. Apenas unas horas depués, Queipo de Llano ordenó a la aviación nacional que se dirigiera sobre Jaén, que carecía de objetivos militares, como pura represalia por el bombardeo anterior. Los bombardeos acaecidos en los estratégicos y brutales ataques sobre Durango y Guernica el 31 de marzo y el 26 de abril respectivamente, fueron un precedente de la barbarie en que se convertiría la lucha área contra la población civil durante la guerra.

No importó que el múmero de víctimas fuera mayor: 158, especialmente ancianos, mujeres y niños, ya que no se trataba de un objetivo militar, por otra parte, según señala Luis Miguel Sánchez Tostado, el episodio se silenció en la República fundamentalmente porque la reacción al bombardeo de Córdoba y de Jaén vino seguida por una serie de sacas a la lo largo de la semana siguiente de presos sospechosos de quintacolumnismo en los que fueron asesinados otras 128 personas. Ni siquiera existía la excusa del frente. Asesinados como reacción a la reacción, a sangre fría, siguiendo la espiral de odio y venganza que rigió los primeros meses de la Guerra Civil.

En total, durante el día 1 de abril y la semana siguiente murieron alrededor de 285 personas, casi el doble que en Guernica. Y a pesar de todo, cayó en el olvido, oscurecido por la campaña norte, que en cambio, se convirtió en la piedra angular de la propaganda republicana a partir del artículo de George Steer en The Times y las obras posteriores de Herbert Southworth rebatidas en los años noventa por el historiador Jesús Salas Larrázabal. 



Fuentes:




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